En 1981 no sabíamos cómo sería el mañana, pero lo imaginamos y trabajamos por él con millones de personas.
Ayuda en Acción nace tras un viaje a India de Gonzalo Crespí en el que conoció a Vicente Ferrer con la intención de hacer un reportaje. Uno de los implicados en la aventura puso en contacto a Crespí con el representante de ActionAid, que le planteó la posibilidad de abrir una sede en España. Rápidamente comenzamos a dar los primeros pasos para dejar una huella indeleble en la vida de las personas. Creamos así un innovador proyecto que fue capaz de movilizar a miles de personas en España: “jamás imaginé que llegaríamos tan lejos”, dice quien hizo este proyecto posible.
Ayuda en Acción fue la primera organización no gubernamental en España dedicada al apadrinamiento.
“Me gustó el nombre, yo quería apostar por una organización que actuase, que hiciera algo distinto”. Así comienza el testimonio de Conchita, nuestra primera socia. Cuarenta años después, sigue siendo parte de Ayuda en Acción junto con más de 120 000 personas alrededor del mundo.
Desde que Conchita fue registrada como socia número 1 en nuestros archivos, hemos mantenido el contacto con cada una de las personas que se han acercado a Ayuda en Acción con el objetivo de transformar el presente y el futuro de millones de personas y cientos de comunidades.
“Tantos años después, sigo estando orgullosa de pertenecer a Ayuda en Acción”, dice nuestra protagonista.
Las organizaciones las componen las personas: las que ayudan desde uno y otro lado. En Ayuda en Acción contamos con personas entre nuestro equipo que llevan prácticamente desde el principio trabajando por crear un futuro con más oportunidades. Araceli es una de ellas: “en la primera reunión con la organización para entrar a ser voluntaria, ya me di cuenta de que era verdad eso de que otro mundo era posible”. Nuestro trabajo es exigente y las personas que nos apoyan también lo son, pero nuestro trabajo merece la pena. Sus palabras podrían ser las de cualquiera de las personas que han pasado por nuestro equipo.
Cristian Nogales fue uno de los primeros niños apadrinados en América Latina con Ayuda en Acción. Era 1985 y comenzábamos a dejar huella en el continente, en la comunidad de Cayambe (Ecuador). Iniciamos así un nuevo camino tras nuestros primeros proyectos en India y en Kenia, donde habíamos empezado a trabajar solo un año antes.
Hoy ese niño es un líder comunitario, una referencia para quienes, como él, buscaban oportunidades de futuro y la encontraron en la solidaridad: “necesitábamos una oportunidad y nos la dieron”.
Aún no había pasado una década desde que la historia de Ayuda en Acción empezó y ya eran 10 000 los niños y niñas apadrinados. Sin duda, fue toda una revolución en el mundo de la cooperación, una forma de unir personas entorno a un proyecto común.
Nuestro proyecto seguía creciendo al ritmo que la solidaridad de miles de personas en España. Las cartas intercambiadas entre padrinos, madrinas y apadrinados se guardan en los cajones de recuerdos de miles de familias. También permanecen en el corazón de niños y niñas, hoy adultos, que crecieron conociendo sus derechos.
El 92 fue sin duda uno de los años más importantes en la historia reciente de España. En África también recuerdan ese año, pero por otras razones. El 8 de junio de 1992 convocamos a la prensa para informar de la trágica situación que millones de personas vivían como consecuencia de la sequía y la hambruna en el Cuerno Sur de África.
Aunque trabajábamos en el continente desde 1983, el 92 también fue un punto de inflexión para potenciar la ayuda en África y ampliar la huella de la solidaridad en el mundo.
Si a principios de los 90 ya tenías ganas de cambiar el mundo seguro que te acuerdas de la acampada del 0,7 en el Paseo de la Castellana en Madrid. Miles de personas –la mayoría jóvenes– se instalaron en sus tiendas de campaña en más de 140 ciudades de España. Era el año del genocidio ruandés y en los 90 se habían producido movilizaciones a nivel mundial que tenían que ver con la lucha contra la pobreza y la necesidad de destinar el 0,7% del PIB a Ayuda Oficial al Desarrollo, como establecía Naciones Unidas.
Ayuda en Acción, que ya contaba en aquel año con 40 000 niños y niñas apadrinados, estuvo allí participando en debates y movilizaciones con personal, voluntariado y trabajando en red desde la Coordinadora, de la que somos miembros fundadores (1986) y posteriormente, a partir de 2005, con Pobreza Cero.
El huracán Mitch se recuerda como uno de los más destructores de nuestra era. Con casi 20.000 personas fallecidas y pérdidas millonarias, esta catástrofe movilizó a todo el mundo y supuso un hito en cuanto a asistencia humanitaria se refiere.
Ayuda en Acción trabajó junto con la población afectada por el huracán Mitch en Centroamérica durante seis años (1998-2006) para dar respuesta directa a la emergencia y contribuir a la reconstrucción (de infraestructuras, pero también de vidas).
En la historia de nuestra organización, Mitch supone un antes y un después en nuestra forma de intervención: contar con proyectos a largo plazo es imprescindible para transformar realidades y construir futuro digno.
Con el comienzo del siglo inauguramos también los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La educación era fundamental para cumplirlos. Nuestra apuesta por la educación es firme y por eso nos unimos a la Campaña Mundial por la Educación (CME), una alianza de ONG, sindicatos de la enseñanza y organizaciones comprometidas con la educación. Como en otras redes de las que somos parte, incidimos social y políticamente para posicionar la educación de calidad como una prioridad para el desarrollo. Con la CME, que lideramos más tarde (2017-2020) participamos en el Foro Social Mundial de Dakar (2011) y organizamos cada año la Semana de Acción Mundial por la Educación.
Un año antes y para dar respuesta a una necesidad de apoyo técnico en los diferentes países donde trabajábamos, habíamos comenzado a llenar las maletas de muchos jóvenes de sueños a través del voluntariado internacional, que solo se ha visto interrumpido muchos años después debido a la COVID-19.
Jóvenes y con muchos sueños… Así suele ser nuestro perfil de voluntariado internacional y así eran también quienes participaron en 2002 en la primera edición de Operación Triunfo en TVE. El programa organizó un maratón denominado “Padrinos para el triunfo”, gracias al que más de 30.500 niños y niñas fueran apadrinados. David Bisbal y Natalia pudieron viajar a conocer a muchos de ellos a Ecuador.
Aunque Ayuda en Acción no sea una organización volcada en el activismo, nunca hemos dejado de trabajar por las causas que consideramos justas. En 2004 nos unimos a la Campaña Stop!Sida para sensibilizar y reivindicar el cumplimiento con los compromisos adquiridos con el Fondo Global para la lucha contra el SIDA. Un año después inauguramos una exposición con más de 200 imágenes e historias de personas que convivían con el virus. El fotógrafo Omar Ayyashi y la actriz y presentadora Cayetana Guillén-Cuervo fueron los embajadores de esta campaña, con la que viajarían a nuestros proyectos en Mozambique y Honduras para conocer nuestro trabajo contra el SIDA en primera persona. Desde entonces, Cayetana ha sido una de los rostros más conocidos de personas vinculadas a Ayuda en Acción.
Las personas con las que trabajamos han recibido muchas visitas durante 40 años, algunas de ellas de excepción. Aunque probablemente no supieran quiénes eran los visitantes, entre ambas partes se han creado vínculos que han dejado huella en la vida de las personas que reciben nuestra ayuda.
Nicolás Coronado animó a su padre a viajar con él tras haberlo hecho primero con su madre. Desde ese momento se fraguó una relación con Ayuda en Acción que aún hoy perdura, siendo ambos embajadores de la ONG. También han visitado nuestros proyectos S.M. la Reina Dña. Sofía, Miguel Ángel Silvestre, Pastora Soler, Alicia Senovilla, Silvia Jato, Toñi Moreno, Patricia Betancourt o Andrés Caparrós, entre otros muchos.
Más de 300.000 personas murieron como consecuencia del terremoto de Haití. La comunidad internacional y la sociedad se movilizaron para dar respuesta a la emergencia. Desde Ayuda en Acción participamos en un programa de reconstrucción que duró tres años.
Tras los primeros momentos de prestar bienes de primera necesidad creamos refugios temporales y atendimos psicológicamente a la población. Miles de niños y niñas lo perdieron todo, incluso a sus familias. Pero de la destrucción también surgen historias que dejan huella en nuestros corazones, como la de Moona y la niña Cherlandine
Tras la crisis económica de la primera década del siglo XXI, España acabó arrasada por la pobreza y la desigualdad. Las cifras de pobreza infantil eran alarmantes: 1 de cada 3 niños y niñas vivían en riesgo de pobreza y exclusión social. Tras años dedicándonos a la cooperación internacional Ayuda en Acción vio que también era necesario luchar contra la pobreza que tenemos más cerca, y que estaba pisoteando las oportunidades de quienes menos lo merecían. Para contar la situación realizamos con eldiario.es el documental 1 de cada 5.
Comenzamos cubriendo necesidades básicas en el ámbito educativo pero fuimos ampliando horizontes y apostando por la innovación. Prueba de ello es el programa GEN10S (2015), desarrollado con Google.org para romper brechas tecnológicas, educativas y de género.
La música está presente en muchos de nuestros proyectos. Ya en 2012 la directora de orquesta Inma Shara había visitado nuestros proyectos en Bolivia y había ofrecido un concierto benéfico a su vuelta. Con los 40 Principales también habíamos estado en alguno de sus conciertos solidarios. En 2014 nació el proyecto Acordes con Solidaridad para llevar la música a la infancia más desfavorecida y un año después se suma como embajador del proyecto Pablo Heras-Casado, uno de los directores de orquesta españoles más reconocidos a nivel internacional.
Desde entonces, cada año realizamos un concierto anual en el Teatro Real para obtener fondos que irán dirigidos a la lucha contra la pobreza infantil en nuestro país.
Quien conoce la historia reciente de Colombia conoce también la de “El Salado”, donde se produjo una de las masacres más violentas de la guerra. Ayuda en Acción allí desde 2013 para fortalecer el proceso de paz y mejorar las condiciones de vida de la población retornada, con especial atención a la infancia, jóvenes y mujeres.
Un año después de la firma del acuerdo de paz en Colombia viajamos con Planeta Futuro de El País, que publicó el especial Colombia tras el conflicto, en el que se muestra gran parte de nuestro trabajo en la zona.
Para poner en valor la importancia de la ayuda nace la campaña #SomosAyuda, que rápidamente se convirtió en nuestro lema y en un mantra que nos impulsa a no dejar de trabajar por el presente y el futuro de las personas más jóvenes y las que más apoyo necesitan.
Como parte de la campaña, surgen los Premios #SomosAyuda, que en su primera edición fueron presentados por Toñi Moreno y en la que se premiaron a entidades y personas que durante el último año habían destacado por su labor humanitaria o solidaria.
En 2019 nos unimos formalmente a la red Alliance2015 para ampliar nuestra capacidad de respuesta en todo el mundo. Ocho organizaciones europeas trabajamos independientemente pero de forma coordinada para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Juntas estamos presentes en 85 países para apoyar a 50 millones de personas y elaboramos cada año el informe Global Hunger Index sobre el estado del hambre en el mundo.
Trabajar en red permite ser más eficaz y eficiente y por ello trabajamos en muchas otras redes vinculadas al mundo de la cooperación al desarrollo y la acción social: Plataforma por la Infancia, World Compliance Association o las diferentes coordinadoras de ONGD son muestra de ello.
Llevamos 40 años transformando realidades y creando futuro. Hemos sido testigos directos de pandemias, epidemias y enfermedades que han afectado a la vida de millones de personas. Pero nunca nos habíamos enfrentado a un confinamiento mundial o a unas consecuencias como las que está dejando la COVID-19.
Ayuda en Acción no ha dejado de trabajar ni un solo minuto en todo el mundo para dar respuesta en cada rincón del mundo. Hemos dejado huella en la vida de 758.060 personas que ahora tienen herramientas para enfrentarse a una amenaza como esta en un futuro que aún no conocemos.
Ayuda en Acción fue concebida para ayudar a personas y esta fijación es la clave de su éxito. En 2020 cumplimos 40 años ininterrumpidos de trabajo que nos han permitido conocer miles de historias, unas desgraciadamente tristes pero la mayoría esperanzadoras.
La huella que hemos ido dejando nos permite también replicar proyectos en contextos y situaciones donde estos pueden funcionar, pero también evitar errores.
Hace 40 años no sabíamos cómo sería el futuro al que íbamos a enfrentarnos. Hoy ese futuro es nuestro presente. Sabemos que nuestros proyectos pueden conseguirse gracias a la solidaridad.
Premios y reconocimientos concedidos a Ayuda en Acción en los últimos años.