Agua potable en San Pedro del Paraná: el fin de los 1000 metros

11-03-2021 Lectura 3 Minutos
José Manuel Román
Ayuda en Acción Andalucía

En San Pedro del Paraná, Paraguay, hoy pueden decir que han mejorado su derecho a alimentación, pero también al agua potable. Mujeres luchadoras como Elisa o Lidia, de la comunidad de Caraguatá, lo han conseguido gracias a un proyecto puesto en marcha con apoyo de la Agencia Andaluza de Cooperación para el Desarrollo (AACID) y en colaboración con la organización paraguaya Alter Vida. Hoy te queremos contar cómo lo hemos hecho, y te invitamos a ver su evaluación aquí.

Tener acceso a agua permite poder mirarse a sí mismas

El tiempo de dedicación de las familias para acarrear el agua es otra durísima labor con rostro de mujer y en muchos casos de niños y niñas que caminan sin parar, sin seguridad, desde sus hogares al manantial más cercano.

Antes, Caraguatá, Puente Cue y Rincón de Luna eran tres comunidades sin acceso al agua potable. Aquí, la ausencia de este vital recurso implica afectaciones inmediatas para la salud de los lugareños. No tener acceso a agua potable provoca problemas relacionados con la malnutrición infantil o fallecimientos prematuros a causa de las enfermedades diarreicas, entre otros.

“En lugar de ir a buscar el agua, ahora podemos juntarnos para trabajar la huerta, pasar un buen momento y aprendemos juntas”, dice Elisa, quien ahora puede dedicar más tiempo para invertir en su desarrollo personal o incluso en su descanso. Es el mismo sentimiento que tiene Lidia, quien cuenta que antes del proyecto extraían agua de pozos profundos y luego debían transportarla durante mil metros hasta la comunidad.

El acceso al agua, además, no era antes tan simple como recogerla del manantial. A veces, tras un largo camino, podía darse el caso de que el agua estaba sucia: “había riesgo a enfermar, pero a veces incluso encontrábamos el arroyo seco”. Esto último cada vez ocurre con más frecuencia debido a las duraderas sequías a las que se enfrentan en la zona.

Más allá del agua potable

Durante el tiempo que ha durado nuestro proyecto hemos construido tres sistemas de agua potable. Su mantenimiento está a cargo de las Juntas de Saneamiento, que forman parte del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (SENASA) de Paraguay, algo que contribuye a su sostenibilidad.

Seguridad alimentaria

Además, la intervención ha contado también con otros procesos decisivos que contribuyen al ejercicio del derecho a la alimentación y las relaciones entre hombres y mujeres. Es el caso de la aplicación de la agricultura agroecológica para la generación de alimentos saludables como las hortalizas y las frutas en las huertas familiares.

Género

Pero hemos ido más allá de las infraestructuras. En muchos hogares de San Pedro del Paraná quedaba un gran trabajo por hacer en cuestiones de género. Las tareas de cuidados estaban en su mayoría bajo la responsabilidad de las mujeres. Por eso, como línea complementaria en este proyecto también creímos necesario incidir sobre este aspecto a través de formaciones comunitarias destinadas a mujeres.

Gracias a estos talleres, ahora muchas mujeres de la comunidad saben los derechos que les pertenecen.

Participé de las reuniones sobre género, le dije a mi marido que así son las cosas: ambos tenemos el mismo derecho, y no es que yo nomás debo andar de empleada. Entonces, nos distribuimos las tareas (mujer beneficiaria).

Fortalecimiento institucional

Para que cualquier proyecto de desarrollo funcione, es necesario fortalecer las instituciones que deben velar por su sostenibilidad. En este proyecto, apoyar la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes (CODENI) de San Pedro ha sido fundamental. Mediante su equipamiento y realización de diferentes campañas de sensibilización hemos conseguido visibilizar la violencia hacia la infancia y las mujeres. Se ha producido un aumento de denuncias que antes no se realizaban por desconocimiento.

En la radio empezamos a recibir consultas sobre la función de la CODENI y sobre cómo realizar denuncias. El proyecto visibilizó más la función de esta institución municipal (mujer beneficiaria).

¿Qué cambios hemos conseguido?

Todas estas acciones ha generado decisivos cambios en la seguridad alimentaria, en la salud y en la vida misma de las personas que viven en estas comunidades. ¿Resultados? ¡Los tenemos y te los contamos!

  • Se ha reportado una disminución de enfermedades parasitarias que venían provocadas por la mala calidad del agua.

  • Existe mayor higiene en cuanto al manejo de alimentos, lo que también repercute en la salud.

  • El ahorro de tiempo está permitiendo a las mujeres dedicarse a tareas productivas y formativas enfocadas a mejorar sus condiciones de vida.

  • En las escuelas, los niveles de concentración y capacidad de aprendizaje de la infancia han aumentado como resultado de una mejor alimentación (así lo constata el Director de la Escuela de Timboí).

  • Consolidación de cinco comités de mujeres y creación de otros cinco, todos ellos con reconocimiento legal.