La formación profesional, clave para una vida libre en Nepal

13-04-2019 Lectura 2 Minutos
Alberto Casado
Equipo directivo

Cuando desde las ONG hablamos de empoderar, de lo que estamos hablando es de llevar a cabo acciones con grupos vulnerables para fortalecerlos en su autonomía y sus capacidades. Para que puedan, en definitiva, desarrollar sus propios proyectos de vida. Mediante la formación profesional, el acompañamiento y la promoción de su participación en sus entornos más cercanos se consigue que las personas de estos grupos adquieran autoconfianza, conocimiento sobre sus derechos y obligaciones, y capacitación para ganar autonomía económica. Todo ello permite que quienes reciben esas formaciones, cuenten cada día con más y mejores herramientas para tomar sus propias decisiones.

Cuando hablamos del empoderamiento de las mujeres en aquellos contextos más difíciles, se busca que ellas puedan ser, en última instancia, dueñas de sus vidas y no depender de terceras personas para tomar aquellas decisiones que solo les afectan a ellas: qué estudiar, cuándo y con quién casarse, cuándo y con quién tener hijos, dónde y con quién vivir o incluso qué ropa ponerse.

Las mujeres que son más de la mitad de la población, por el mero hecho de serlo, siguen teniendo mayores obstáculos que los hombres para acceder y disfrutar de sus derechos. En los entornos de pobreza y exclusión, el obstáculo de ser mujer se suma al resto de dificultades que los hombres tienen también que sortear para ejercer sus derechos.  

La educación y la capacitación, además de ser un derecho más, es la mayor herramienta niveladora del estatus social. Los estudios y el conocimiento permiten acceder a otros escenarios y decisiones que serían mucho más difíciles si no contamos con ellos. Lo dice la formadora Renu en el vídeo que acompaña a este post, y donde describe una parte del trabajo de Ayuda en Acción en Nepal.

En entornos y contextos de pobreza, las diferencias que genera tener o no tener una educación básica, son todavía mayores que en un entorno de estabilidad económica y social. El tener o no tener educación puede ser la diferencia entre caer o no en una red de traficantes de personas, la diferencia entre que te casen o que te cases tú cuando lo decidas y con quien decidas, el que sufras o no la mutilación genital femenina o, en última instancia, la diferencia entre la vida y la muerte.

Para Yasoda, la joven nepalí del vídeo, la formación profesional y sobre derechos son las herramientas que le han servido para escapar de la trata y la violencia. Así ha podido arrancar una nueva vida en la que ella está en mejor disposición para tomar sus decisiones. 

Nueva llamada a la acción