La violencia en Cabo Delgado: nuestro trabajo con las personas desplazadas

05-11-2020 Lectura 4 Minutos
Julián Donoso
Vínculo solidario

En la región de Cabo Delgado, al norte de Mozambique, se vive una grave tragedia humanitaria provocada por la violencia causada por los autodenominados insurgentes, que están provocando muertes y desplazamientos en la región. Una de las ONG presentes en la zona es Ayuda en Acción. Allí realizamos acciones para dar respuesta a las necesidades de la población con el objetivo de aliviar el sufrimiento de las personas y dar acceso a servicios básicos. Te contamos qué está pasando.

Violencia en Cabo Delgado, un conflicto que arrastra desde 2017

El conflicto de Mozambique comenzó a ser notorio a finales de 2017 pero ha sido a partir de 2019 cuando los ataques se han vuelto más violentos, organizados y frecuentes. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, entre enero y junio de 2020 se produjeron 195 incidentes. Por su parte, Amnistía Internacional señalaba en octubre que más de 2.000 personas han muerto víctimas de diversos ataques.

En una situación como la actual, en medio de una pandemia global, pueden exacerbarse otros factores, como en este caso ocurre con la violencia en Cabo Delgado. El primer ministro del país, Carlos Agostinho do Rosário, cifró a finales de octubre de 2020 en más de 435.000 los desplazados provocados por la violencia en Cabo Delgado. Según medios de comunicación locales, se estima que cerca de 150 embarcaciones con aproximadamente 12.000 personas llegaron a la ciudad de Pemba (capital de Cabo Delgado) solo entre los días 16 y 27 de octubre. Todas las personas que llegan lo hacen huyendo de las áreas más afectadas por la violencia, distritos al norte de la región como Macomia, Quissanga, algunas islas del archipiélago de Quirimbas, Palma y Mocimboa de Praia.

El gobierno de Mozambique estima en más de 435 000 personas las desplazadas por la violencia en la región de Cabo Delgado, al norte del país. Clic para tuitear

Ayuda en Acción y la respuesta humanitaria frente a la violencia

Trabajar en medio de una situación como la descrita no es fácil, pero para dar respuesta a esta tragedia, desde Ayuda en Acción ponemos en valor toda la experiencia adquirida durante la emergencia del ciclón Kenneth que atendimos en 2019. Actualmente realizamos labores relacionadas con agua, higiene y saneamiento, pero también distribuimos utensilios de primera necesidad y apoyamos la instalación de campos de desplazados.

Nuestro trabajo para dar respuesta a la emergencia derivada de la violencia en el norte de Mozambique se enfoca principalmente en la zona de Metuge, área limítrofe con Pemba, donde en estos momentos ayudamos a alrededor de 10.000 familias desplazadas. Ayuda en Acción es una de las organizaciones de ayuda humanitaria más asentadas en la zona. Esto facilita nuestro trabajo, al contar con la confianza de la población y ser un referente para los líderes oficiales e informales.

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¿Qué dice nuestro personal en Cabo Delgado?

Nuestra labor empieza tras los ataques a Quissanga de marzo. Allí 10 000 personas no tenían dónde ir ni sabían quién les podía apoyar. El gobierno puso a disposición de la población albergues temporales en Metuge para que tuvieran un espacio donde instalarse, pensando también en la difícil tarea, dada la situación, de mantener el distanciamiento social debido al peligro de contagios por COVID-19.

Sophia Buller, responsable del área de Ayuda Humanitaria, nos cuenta cómo inmediatamente nos pusimos a trabajar:Personal de Ayuda en Acción en Cabo Delgado

Inmediatamente construimos letrinas, la higiene es el tema más importante en este tipo de situaciones ya que el cólera es endémico, y ya hubo brotes que pudimos controlar. Preparamos a la población en buenas prácticas de higiene y distribuimos utensilios para cocinar.

Además de Ayuda en Acción, toda la comunidad se ha volcado con los desplazados. Las familias receptoras abren sus casas para acogerles. Emociona ver tanta solidaridad… no olvidemos que son comunidades que no tienen mucho para ofrecer, que afrontaban ya duras condiciones antes de la llegada de los desplazados, con quienes ahora comparten lo poco que tienen. A ellos también damos ayuda: hemos construido más de 200 puntos de lavado de manos en lugares públicos, así como letrinas. Además, hemos hecho reparto de utensilios de primera necesidad.

Las personas más vulnerables, prioridad en situaciones de emergencia

La protección para toda la población es transversal y las personas más vulnerables son prioridad. A la hora de emprender nuestro trabajo siempre pensamos los riesgos que implica la situación para las mujeres.  

Si no hay letrinas para mujeres ellas se ven obligadas a ir al campo con los riesgos que eso implica. Por eso, a la hora de construir letrinas las dividimos entre letrinas para hombres y mujeres y así minimizamos los riesgos. Además, colocamos lámparas para evitar casos de violencia sexual. Vamos a tener en el nuevo centro de acogida un protection desk, donde vamos a atender a las mujeres que se sienten amenazadas o que sienten riesgos para mejorar su situación (Abide Nego, Gestor de Programas).Infancia en Cabo Delgado

La infancia también continúa en el centro de nuestro trabajo. Nos cuenta Abide que tenemos previsto realizar actividades lúdicas para atenuar el trauma de niños y niñas afectados por la violencia en Cabo Delgado.

La niñez sufre mucho esta situación: han perdido su red social, su vida normal. Para restaurar cierta normalidad en su vida, les propondremos actividades para que pasen tiempo jugando como deberían estar haciendo los niños.

COVID-19 y población desplazada, doble riesgo

En los centros de acomodación con los que contamos en Cabo Delgado todavía no hemos registrado casos de COVID-19, pero en el momento en que haya, el problema puede ser grave. Si hay un caso, nuestro equipo local trabajará para hacer frente a una propagación muy rápida, pero aun así es un riesgo que queremos evitar a toda costa.

Para evitarlo, todas las semanas nuestros personal técnico y facilitadores/as locales realizan acciones de sensibilización para prevenir el contagio, poniendo a disposición de la población puntos de agua para lavarse las manos y distribuyendo material como mascarillas y gel hidroalcohólico.