Lucha contra la discriminación de mujeres con VIH/SIDA

23-04-2019 Lectura 2 Minutos
Nora Benito
Comunicación y contenidos

Se puede luchar de muchas formas contra las desigualdades y la discriminación. Ayuda en Acción actúa desde distintas perspectivas: desde la divulgación de información, sensibilización, concienciación por la igualdad o eliminación del estigma hasta el apoyo a las personas que han caído en las redes de la discriminación.

En distintos países de África apoyamos a personas que sufren de forma silenciosa el VIH/SIDA movilizándonos para luchar por sus derechos y asegurar que se les proporciona un servicio de salud adecuado y se les facilita el acceso a medicamentos antirretrovirales. Este es el caso de nuestra actuación en SFA en Malawi, donde trabajamos desde 1999 con ActionAid. Nuestros esfuerzos se centran en hacer frente a los desafíos de las personas que viven con el VIH/SIDA, en especial, las mujeres. Ellas afrontan en determinados casos una situación de doble desigualdad: vivir en una sociedad patriarcal les relega a desempeñar un papel secundario.

En Malawi, el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva ha sido un reto especialmente difícil para mujeres y niñas que viven con el VIH/Sida por diferentes factores económicos y socioculturales. A través de nuestro principal socio ActionAid hemos realizado una serie de acciones para luchar contra la discriminación:

1. Campañas de sensibilización.

2. Formación para tutelar el trabajo de los grupos de acción, para lograr una mayor implicación de las autoridades en la prevención y tratamiento del VIH/SIDA y enfermedades derivadas. Y es que, según datos de ONUSIDA, se estima que en 2014 alrededor de 1,1 millones de personas hacían frente a la epidemia de VIH/Sida en Malawi, mientras que la tasa de prevalencia se situaba en un 10%, una de las más altas en África Oriental y Meridional.

3. Grupos de ahorro y préstamo, que actúan como bancos comunales: las mujeres que apoyamos en Malawi crean bolsas de fondos gracias a sus pequeños ahorros y los ponen en común. Después, mediante un sistema rotatorio, se lo van prestando entre ellas con un pequeño interés, lo que facilita que poco a poco puedan tener acceso al capital suficiente para emprender pequeños negocios.

Las mujeres que han participado en estas acciones se muestran optimistas, como Linley Chijala, quien ha mejorado su economía gracias a la cría de aves de corral, o Rose Nyirong, que participó en las sesiones de formación: “esto nos ayudará a recaudar fondos correctamente para valernos por nosotras mismas”.

Ninguna mujer del mundo debería ser invisible. Defiende sus derechos.