La historia de Carlitos: apadrinamiento y superación en Ecuador

18-03-2019 Lectura 3 Minutos
Javier Marsá
Campañas

Un simpático niño de cinco años, un viejo triciclo y una pendiente que representaba su lucha por vivir. Todo esto cautivó en tan solo veinte segundos a cientos de personas que decidieron apadrinar.

La historia de Carlos Danny Villarroel Barreto, “Carlitos”, representa perfectamente lo que el apadrinamiento produce, tanto en las personas apadrinadas, como en sus familias y entorno en el que viven.

¿Cómo conocimos a Carlitos?

En junio de 2009, viajamos con el actor Jose Coronado a visitar los proyectos de Ayuda en Acción en Ecuador. Cuando estábamos en la provincia de Chimborazo, bajo la sombra de un gran volcán del mismo nombre, un niño nos sorprendió tirándose con su triciclo por una pendiente. Quería darnos su particular bienvenida. La sorpresa fue mayúscula porque el lugar resultaba poco amigable para juegos. Afortunadamente, alguien grabó esas imágenes. Detrás “del niño del triciclo”, esperaba una historia que conmovió a todos…

El corazón de Carlitos

Carlitos es un niño apadrinado que vive en la comunidad Pusniag San Patricio en Ecuador, con sus padres y hermana. Nació con una enfermedad grave de corazón, por lo que necesitó una operación a corazón abierto cuando tenía solo dos años. Los médicos le dieron poco tiempo de vida. Su viejo triciclo era su juguete preferido. Cuando llegaba del médico o del colegio, podía permanecer horas pedaleando sin parar.

Para sorpresa de todos, Carlitos empezó a mejorar notablemente y el tratamiento continúo hasta que se le pudo realizar una segunda operación a corazón abierto con cinco años. Los resultados fueron excelentes y siguió su recuperación hasta hacer una vida prácticamente normal. “Después de la operación me siento bien, corro bastante. Soy fuerte, bien fuerte”… Nos decía entonces el propio Carlitos enseñando sus músculos.

El padre de Carlitos agradecía que su hijo, no solo estuviera vivo después de dos operaciones tan complicadas, sino que toda la familia hubiera podido tener una oportunidad. “El apadrinamiento nos ayudó cuando más lo necesitábamos. Como familia hemos podido salir adelante. Estamos un poco más unidos”. Su madre asentía: “agradecemos mucho a los amigos españoles porque han permitido la operación de mi hijo y está vivito”. Angelita recordaba que su hija Marisol también había sido apadrinada, permitiendo que estudiara en la escuela Martha Valencia de su comunidad.

¿Imaginas crecer sin oportunidades de futuro? Nosotros no.

La vida de la familia de Carlitos cambia cuando es apadrinado

Antes de que Ayuda en Acción llegara, el padre de Carlitos trabajaba en la ciudad de Riobamba como asistente de mecánico en un taller. Su madre trabajaba como jornalera agrícola en su comunidad y en comunidades vecinas. Esta situación no les permitía tener una relación familiar normal, ya que el padre de Carlitos llegaba tarde a casa cuando su esposa e hijos dormían y salía a trabajar muy temprano. En otras ocasiones, el trabajo no le permitía ni siquiera llegar a dormir y pasaba toda la semana fuera. Los fines de semana, en especial el domingo, era el único día que podía compartir con su familia.

Desde que Ayuda en Acción empezó a formar a la población de la comunidad, algunas cosas cambiaron. La familia se dedicó a trabajar en sus tierras. Los padres ya no trabajaban fuera de casa, lo que fortalecía sus lazos familiares. Los conocimientos que habían adquirido, les permitieron diversificar su producción, mejorar sus cultivos y adquirir algunos animales. La mayoría de su alimentación la producían en casa. Los excedentes, principalmente cuyes y conejos, los comercializaban lo que les generaba nuevos recursos que cubrían las demás necesidades familiares.

La historia de Carlitos es un ejemplo de cómo el apadrinamiento contribuye a mejorar la vida de toda una familia, pero, sobre todo, supone una verdadera historia de superación y ganas de vivir. Millones de personas luchan en el mundo cada día por superar una realidad tan injusta como incomprensible.

El apadrinamiento permite conectar historias como esta con personas que quieren ayudar

Ayuda en Acción permite, a través del apadrinamiento, conectar historias como esta con personas maravillosas dispuestas a ayudar a quienes más lo necesitan. 

No deberíamos olvidar que detrás de las imágenes de muchos niños y niñas, sus sonrisas, detrás de sus miradas tristes o simplemente reflexivas, se esconden verdaderas historias de superación que necesitan nuestra atención y ayuda.

A lo largo de nuestra historia hemos vivido muchas historias como la de Carlitos. Desgraciadamente, no siempre tienen un final feliz. Hagamos que muchos otros niños y niñas puedan seguir pedaleando en diferentes lugares del mundo.

Carlitos consiguió emocionarnos. Muchas personas decidieron apadrinar entonces al conocer su historia. Tú también puedes hacerlo hoy y ayudar a muchos otros niños que lo necesitan.