Liderazgo juvenil en Cúcuta: el ejemplo de Doris

26-07-2021 Lectura 3 Minutos
Noemí García Cabezas
Comunicación y contenidos

La Fortaleza es uno de los barrios de Cúcuta que más ha cambiado en los últimos años. Haciendo frontera con Venezuela, en él viven de forma más o menos estable más de un millar de personas migrantes. Casi todas ellas amanecen cada día con la incertidumbre de si serán desalojadas de sus nuevos hogares, construidos desde la nada. Allí conocimos Doris Pérez, todo un ejemplo de liderazgo juvenil. Doris es una joven cucuteña de solo 16 años que ha entendido la problemática de la nueva situación y trabaja para dar soluciones que beneficien a su comunidad. ¡Sigue leyendo para conocerla!

Contexto de la situación migratoria en Cúcuta y el papel de la juventud líder

Antes de contar la historia de Doris, queremos darte algunas pinceladas de qué es lo que está pasando en Cúcuta y por qué intervenimos allí. Desde que se iniciaron los flujos migratorios desde Venezuela a otros países de Sudamérica, han llegado más de 1,7 millones de personas solamente a Colombia. Cada día unas 700 personas atraviesan la frontera a pie y llegan hasta Cúcuta, Villa del Rosario y Los Patios. El 43% de estas personas han pasado hambre durante su camino y el 81% de las mujeres han sufrido violencia (emocional, física o sexual).

Además de la atención directa que damos a personas migrantes de paso, también apoyamos a la que se queda en barrios como La Fortaleza. Allí creamos y potenciamos redes de liderazgo juvenil, entre otros sectores de la ciudadanía. Pero también fomentamos la interculturalidad y la tolerancia para generar contextos de paz y convivencia. Ahí es donde Doris tiene un papel relevante.

Mural pintado por jóvenes en La Fortaleza

Liderazgo juvenil: más allá del empoderamiento

Doris cursa quinto semestre de contaduría pública y es todo un referente para otras personas jóvenes del barrio La Fortaleza. Su madre hizo todo lo posible para que pudiera continuar sus estudios tras la secundaria: “estudiar es una de las mejores herramientas que conozco para lograr el desarrollo personal”. Pero no es el único, y ella lo sabe.

En su barrio su liderazgo le ha permitido desarrollar capacidades que no solo mejoran su vida, sino la de toda la comunidad. Podríamos decir que Doris es en parte culpable de haber contribuido a que su comunidad sea todo un ejemplo de paz y de trabajo en equipo.

Me encanta trabajar por el desarrollo de mi comunidad. Llevo mi espíritu de liderazgo a todos los espacios de mi vida y sé que una persona líder no es aquella que siempre tiene la razón, sino la que es capaz de ponerse en los zapatos de otras personas y remar hacia adelante. Ser líder permite que las personas confíen en mí y en mi responsabilidad.Doris, líder juvenil

En la Universidad, donde Doris es representante de su curso; en su comunidad, donde es tutora de un niño. Allá donde esté, Doris apuesta siempre por la posibilidad de expresarse, de aprender y desaprender. El grupo por encima de las personas.

Mural en La Fortaleza: un ejercicio de convivencia con base en el liderazgo juvenil

Doris forma parte del proyecto de integración comunitaria que Ayuda en Acción tiene en marcha en La Fortaleza. A través de diversas actividades, se trabaja la formación ciudadana y el fortalecimiento del liderazgo juvenil, entre otros grupos de población. Contar con espacios como estos están generando más conciencia en la sociedad, más participación y más diálogo.

Durante meses en La Fortaleza uno de los talleres puestos en marcha fue de pintura. Gracias a ellos, Doris descubrió que la libertad es aquello que todas las personas necesitamos: “nos permite expresarnos, ser, explorar, tener una mirada diferente para enfocar las cosas”, dice. Parece mentira todo lo que puede hacer despertar un simple taller de pintura en un contexto como el de Cúcuta.Mural integración pintada por red de liderazgo juvenil

En los talleres, donde participaron jóvenes tanto de Colombia como de Venezuela, se habló de la generación de espacios que puedan construir realidades de paz. Teníamos el objetivo de promover espacios de participación entre la comunidad de acogida y la migrante, para que jóvenes de uno y otro lado desarrollaran un sentido de pertenencia y unión. Fueron días donde se dio espacio al intercambio cultural y personal, y se conversó sobre la importancia de la ayuda. Todo lo vivido se plasmó en la decoración de un espacio comunitario seguro que ahora luce vida y color. Detrás de cada dibujo se encierran historias de superación que ahora cuentan sus jóvenes. Sin embargo, tras los mensajes y figuras está el sentimiento de toda una comunidad: hacer barrio.