COVID-19 y mutilación genital femenina: un paso atrás para los derechos de las niñas

25-01-2021 Lectura 6 Minutos
Blanca Arnaiz
Comunicación y contenidos

COVID-19 y mutilación genital femenina van inevitablemente unidas. La pandemia ha supuesto un paso atrás en los avances de los últimos años para erradicar la mutilación genital femenina. El confinamiento supone una trampa, en muchos casos mortal, para millones de niñas. En Tharaka, la región de Kenia donde Ayuda en Acción trabaja junto a la Fundación Kirira, los casos de niñas mutiladas han aumentado un 25%. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), en la próxima década podrían darse en el mundo dos millones más de casos de mutilación genital femenina que, de no haber sido por la COVID-19, se habrían evitado.

Mutilación genital femenina: situación en Kenia y en el mundo

La COVID-19 pone en riesgo los avances -aún insuficientes- en la violencia de género más agresiva, la mutilación genital femenina. Esta práctica se realiza fundamentalmente entre la lactancia y la adolescencia y consiste en la extirpación parcial o total de los genitales femeninos externos. Este acto de violencia contra la mujer está arraigada en la cultura de muchas comunidades. Pone en riesgo la vida de la niña, conlleva lesiones físicas, emocionales y psicológicas, así como complicaciones durante el parto, además de transmisión de infecciones, matrimonio forzoso infantil y abandono escolar.

A pesar de la denuncia de la comunidad internacional, en la actualidad todavía persiste esta práctica en muchos países (sobre todo en África). Se estima que cada año tres millones de niñas y mujeres son mutiladas, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que más de 200 millones de mujeres y niñas, todavía vivas, han sido objeto de este tipo de violencia.

COVID-19 y mutilación: clubes

Sin embargo, en los últimos años los esfuerzos de algunos gobiernos por erradicar la mutilación genital femenina se han multiplicado. Un buen ejemplo de ello es Kenia, considerado uno de los países más avanzados de África Subsahariana en la lucha contra la mutilación. En 2011 su gobierno la declaró ilegal y en 2019 su actual presidente, Uhuru Kenyatta, se comprometió a erradicarla en 2022, ocho años antes de lo que marca el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda 2030. Pero, el duro revés provocado por la COVID-19 hace tambalear sus propósitos y los avances conseguidos en la lucha contra la mutilación genital femenina.

En marzo de 2020 el gobierno de Kenia decretó el cierre de las escuelas para frenar el avance de la pandemia. Esta decisión abrió una puerta a los defensores de esta práctica que continúan mutilando a las menores de manera clandestina. En Kenia solo el 26% de la población vive en áreas urbanas y es precisamente en las zonas rurales donde la mutilación genital femenina se dispara hasta alcanzar el 85% de los casos. El incremento descontrolado de casos de mutilación ha llevado reabrir las aulas desde el mes de enero.  

La mutilación en Tharaka, dos pasos atrás

Ayuda en Acción trabaja en Kenia desde 2012 de la mano de la Fundación Kirira para luchar contra la mutilación genital femenina. Entonces se estimaba que la incidencia de la mutilación alcanzaba un 80%. Siete años después, en 2019 las estimaciones apenas rozaban el 5%. La erradicación de la mutilación era casi un hecho. Pero tras años de esfuerzo la irrupción de la COVID-19 ha supuesto un duro golpe en los avances que habíamos logrado.

“Es muy difícil hacer una valoración exacta del aumento de casos en estos meses, porque en Kenia la mutilación es ilegal. Pero cuando hemos vuelto a las comunidades, a las escuelas recién abiertas y hemos podido visitar a las familias y hablar con los médicos en el centro de salud, hemos comprobado que nuestros esfuerzos de estos años no han dado uno, sino dos pasos atrás. Estimamos que la incidencia puede situarse en un 30% tras apenas unos meses de confinamiento”, lamenta James, coordinador de programas de la Fundación Kirira NGO. Además se han disparado los embarazos tempranos y los matrimonios forzosos de niñas que apenas rozan la adolescencia.

El incremento descontrolado de casos de mutilación en Tharaka (Kenia), ha llevado reabrir las aulas desde el mes de enero para frenar esta práctica Clic para tuitear

Durante estos años, uno de los momentos claves en la lucha contra la mutilación genital femenina es la campaña contra la mutilación que se hace a través de Funndación Kirira. En Tharaka se pone en marcha en el mes de agosto, coincidiendo con las vacaciones escolares, momento en el que las familias aprovechaban para mutilar a sus hijas. El objetivo de la campaña es convencer a la comunidad para que diga NO a la MGF y SÍ a la educación. Dinamizada por los clubes antiablación, de los más de 80 centros escolares donde trabaja la organización, las niñas y niños con el apoyo del profesorado y de padres y madres sensibilizan a la comunidad a través de canciones y representaciones que ponen el foco en la educación como la mejor herramienta para salir de la pobreza.

Sin embargo, este año la pandemia ha obligado a retrasar hasta noviembre la celebración de la campaña y solo ha podido reunir a los miembros de los clubes y a los técnicos y voluntarios de Kirira, que con mucho esfuerzo han llevado el mensaje contra la mutilación casa por casa.

Ocho razones de por qué la COVID-19 supone un paso atrás en los avances contra la mutilación genital femenina

Las medidas de confinamiento han supuesto un aumento de la violencia contra las mujeres y niñas en todo el mundo. En el caso de la mutilación genital femenina, la COVID-19 ha planteado el escenario perfecto para recurrir a esta antigua práctica que mezclan creencias de pureza, el miedo al rechazo social y razones económicas. Estas son algunas de las razones que han provocado un aumento de casos:

  1. El cierre de las escuelas expone a las niñas a sufrir violencia. La escuela, además de ser centro de enseñanza, tiene un papel protector y de prevención frente a la violencia.

  2. La mayor parte del trabajo contra la mutilación genital femenina se hace a través de la sensibilización a la comunidad.

  3. La dispersión de las casas en las comunidades dificulta la comunicación.

  4. La falta de ingresos de las familias por el cese de todas las actividades hace que vean una salida en la recepción de la dote por el matrimonio de las hijas.

  5. Quienes apoyan la mutilación genital femenina aprovechan un vacío de autoridad puesto que las instituciones están volcadas en la lucha contra la pandemia.

  6. El miedo al aislamiento y rechazo social.

  7. Dificultad de recurrir a las redes de protección.

  8. La pérdida de acceso a servicios de educación, salud sexual reproductiva.

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Retos para un futuro inmediato

La COVID-19 ha obligado a adaptar los mecanismos en los que las organizaciones veníamos trabajando para garantizar el acceso de las personas a todos sus derechos. De cara al futuro más inmediato en Kenia se plantean cinco retos que permitirán dar un paso hacia adelante en la lucha contra la mutilación genital femenina:

  1. Ampliar las instalaciones de los dormitorios de acogida para que puedan albergar a más niñas que huyen de la mutilación.

  2. Digitalizar las escuelas para poder asegurar la educación, herramienta principal en la lucha contra la mutilación genital femenina.

  3. Apoyo a los técnicos y educadores para poder realizar visitas casa por casa para sensibilizar a la población y mantener la educación.

  4. Llevar agua a las escuelas y a las comunidades para que las niñas puedan asistir a la escuela.

  5. Adaptar materiales para que los clubes sigan funcionando a pesar de la dispersión.

Conseguimos erradicar la mutilación en Seru (Etiopía) y lo conseguiremos en Kenia

En 2019 Ayuda en Acción junto con su socio local en Seru consiguió erradicar la mutilación genital femenina en esta región de Etiopía. Este importante logro nos sirve de impulso para confiar en que es posible conseguirlo también en Kenia.

Sin duda habrá que aumentar los esfuerzos para recuperar cuanto antes los logros conseguidos en cuanto a la incidencia de la mutilación genital femenina. Para ello desde Ayuda en Acción seguiremos trabajando junto a Fundación Kirira sensibilizando a las comunidades sobre las graves consecuencias de esta práctica y la importancia de apostar por la educación. Es importante seguir apoyando a los centros de acogida en los que se refugian las niñas que huyen de la mutilación y a los clubes antiablación. Solo así conseguiremos dar un paso adelante en la lucha contra la mutilación genital femenina.