Los intocables de India: discriminación y pobreza extrema

24-04-2019 Lectura 3 Minutos
Carolina Silva
Comunicación y contenidos

Aproximadamente, uno de cada seis habitantes de la India es dalit, unos 200 millones de personas. La mayoría de “intocables” viven en pobreza extrema, con menos de un dólar al día, y sufren no sólo desigualdad económica, sino discriminación social. Su estatus en la vida, y sobre todo sus derechos, están predeterminados desde el nacimiento debido al sistema de castas, una antigua forma de opresión y segregación que, a pesar de estar prohibida en la Constitución de la India de 1950, aún pervive. Representan la casta más baja de la sociedad.

Un 48% de la infancia dalit presenta signos de desnutrición y el 72% padece de anemia. Un alto porcentaje no asiste a la escuela o abandona los estudios después de primaria y sólo una cuarta parte de las niñas que viven en zonas rurales va al colegio. Los niños y niñas dalit afrontan habitualmente abuso verbal y físico por parte de sus profesores y compañeros; y además de lidiar con la pobreza extrema, saben que difícilmente conseguirán la igualdad de oportunidades por el simple hecho de haber nacido como “intocables”.

En casi un 40% de los colegios públicos, los niños dalit deben comer separados del resto de alumnos; y en el 20% no se les permite beber agua de la misma fuente. Se les considera impuros. La discriminación es la causa principal de abandono escolar: casi un 70% de los niños y niñas dalit de entre 5 y 15 años abandona sus estudios sin terminarlos y tan solo permanecen en el sistema educativo una media de 3 años. Por todos estos motivos, la educación no ha sido una prioridad para las comunidades dalit y muchos niños empiezan a trabajar desde los ocho o nueve años para apoyar a sus familias, por lo que es muy importante llevar a cabo campañas para sensibilizar a los padres sobre la importancia de que sus hijos reciban educación.

263 millones de niños y jóvenes en el mundo no pueden ir al colegio.

De vuelta a la escuela

Es el caso de Aazmi, una jóven de 14 años que vive en Islam Nagar, comunidad de una de nuestras áreas de desarrollo en el estado de Uttar Pradesh, donde trabajamos en 45 aldeas con especial foco en los derechos de las mujeres y de la infancia. Aazmi tuvo que dejar de ir a la escuela para trabajar junto a su padre en un horno de ladrillos, patrón que se repetía en decenas de niños y niñas de su aldea. Tras realizar varias reuniones para informar sobre los planes educativos disponibles y de la existencia de escuelas gratuitas como Kasturba Vidhyalay –destinada a chicas de castas inferiores, comunidades tribales marginadas y familias por debajo del umbral de la pobreza–, ella y otros 80 niños y niñas de la zona volvieron a retomar sus estudios.

De otra comunidad es Shravani, de 7 años, que a pesar de matricularse en el colegio hace dos años, empezó a quedarse en casa cuando nació su hermano pequeño para cuidar de él mientras sus padres trabajaban y dejó de ir a la escuela de forma regular. Hicieron falta seis visitas a sus padres para informarles sobre la Ley de Derechos sobre la Educación y conseguir que le dieran importancia a la formación de Shravani, que ya ha vuelto a la escuela. Como ella, otros niños de su aldea, Gaji Nagar, andan medio kilómetro para ir al colegio y se fabrican abrigos con sacos de arroz para cubrir el trayecto cuando llueve, pero cualquier esfuerzo es poco para defender su derecho a la educación.

También se han montado centros de defensa de los derechos de la infancia en 18 aldeas del distrito de Masa, estado de Punjab, donde 650 niños y niñas dalit tienen la oportunidad de aprender, jugar y disfrutar sin ser maginados. Estos centros están demostrando ser una provisión de educación suplementaria para estos niños que a menudo son discriminados en la escuela pública debido a su casta y su condición de pobreza.

La población dalit se enfrenta diariamente a muchísimos retos y obstáculos en la India. Según informes de Naciones Unidas o de la Campaña Nacional por los Derechos de los Dalit (NCDHR), cada día siete mujeres dalit son violadas, dos dalit son asesinados, uno es raptado o secuestrado, y se cometen crímenes contra 80 personas dalit (uno cada 18 minutos). Un 80% de la población dalit vive en áreas rurales y el 65% es pobre según el índice de pobreza multidimensional. Aún hoy, los dalit no tienen oportunidades laborales más allá del trabajo forzoso o la esclavitud y están a merced de las castas dominantes, lo que les mantiene en un círculo de pobreza difícilmente superable. La esperanza de vida es de 39,5 años en mujeres y de 43 años en hombres. Por este motivo, ponemos el foco de nuestro trabajo en promover el acceso a la educación, así como a la agricultura sostenible y el control de los recursos naturales, para que la población dalit pueda combatir la discriminación.